PR5 20.12.2010/ MARIO LORENZO
Enrique Meneses, Ignacio Ramonet, Gervasio Sánchez, Ryszard Kapuscinski o Irene Lozano son algunos de los periodistas que Alfonso Armada tiene como referentes de la profesión. Lo que no sabe el propio Armada, o quiere obviar en base a su pensamiento de que el periodista no debe ser protagonista, es que él mismo ya engrosa esa lista de profesionales del periodismo que constituyen un referente de buen hacer para sus compañeros de profesión.
Desde luego, para quien con toda seguridad será un referente de periodismo de calidad en su devenir profesional, es para los alumnos de 4º de Periodismo de la UMH, con quien Alfonso Armada mantuvo una charla sobre las claves de cómo hacer buen periodismo. El periodista gallego vino a la UMH con la excusa de presentar su nueva publicación, Diccionario de Nueva York (2010), y acabó desgranando toda su trayectoria profesional.
A nombres como “Faro de Vigo”, “El País” o “ABC”, periódicos para los que ha trabajado, se suman otros como Cuadernos africanos (1998 y 2002); España de sol a sol (2001); El rumor de la frontera (2006); o Nueva York, el deseo y la quimera (2007), libros que evidencian la faceta como escritor del periodista. En ambos frentes, el del periodismo y el de la literatura, Alfonso Armada ha tenido la oportunidad de dar testimonio de noticias de gran trascendencia mundial. Y es que sus 5 años como corresponsal de “El País” en África le permitieron vivir en primera persona y relatar los hechos acaecidos en Ruanda, la República Democrática del Congo, Liberia, Angola, Mozambique, Sudán o Somalia. Posteriormente, siendo corresponsal de “ABC” en Nueva York, Alfonso Armada fue testigo directo del 11-S.
Este periodista vigués siempre ha tenido claro el papel testimonial que le corresponde al periodista, quien debe desempeñar la labor de cronista y nunca de protagonista. “Cuando uno hace el trabajo de corresponsal tiene que ir de testigo, contar lo que sucede sin llegar a convertirse en el protagonista de la historia”, afirmaba Armada en la charla para evidenciar su punto de vista. Por eso, el autor de Diccionario de Nueva York no comulga con el tipo de periodismo que actualmente están practicando algunos medios audiovisuales en el que el periodista se convierte en el actor protagonista. Es el caso, por ejemplo, del programa televisivo de Cuatro “21 días”.
Según Armada, “el corresponsal ha dejado de observar”, en clara contraposición con los métodos puestos en práctica por Ryszard Kapuscinski, quien, no sólo observaba, sino que se entremezclaba con la población, porque, además, para Armada, el corresponsal “no debe convertirse en correa de transmisión de información del poder”.
Una interesante conferencia, la de Alfonso Armada, que despertó en los alumnos, precisamente, una de las claves que señaló como fundamentales en un periodista: la curiosidad. De hecho, Armada incidió en el hecho de que “perder la curiosidad y la humildad son los principales males que pueden sucederle a un periodista”. Por eso, en la actualidad, continúa aplicándose ese principio a la hora de desarrollar su labor profesional en “ABC”, donde trabaja como reportero en la redacción central, y en la revista digital “FronteraD”, proyecto que lidera y en el que busca desarrollar un “periodismo de verdad, riguroso y apasionado”.
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